Laozi, también llamado Lao Tzu, Lao Tse (老子), literalmente «Viejo Maestro»). Su nombre real era Li Er 李耳. Es una figura cuya existencia histórica se debate. Se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china. La tradición china establece que vivió en el siglo VI a. C., pero muchos eruditos modernos argumentan que pudo haber vivido aproximadamente en el siglo IV a. C., durante el período de las Cien escuelas del pensamiento y los Reinos Combatientes. Se le atribuye haber escrito el Dàodéjing o Tao Te Ching (道德經), obra esencial del taoísmo. De acuerdo con este libro, Dao o Tao ("el Camino") puede verse como el cambio permanente y éste es la verdad universal. Dentro de las dudas sobre su existencia y la etapa histórica en la que vivió, se cree que pudo ser contemporáneo de Confucio.
Poco se conoce acerca de la vida de Laozi. Tanto su existencia histórica, como su autoría del DàodéJing, son objeto de controversia. Sin embargo, se convirtió en un importante héroe cultural para generaciones del pueblo chino. La tradición asegura que nació bajo un ciruelo en una aldea de la Prefectura de Ku (苦縣 Kǔ Xiàn) del estado de Chǔ (楚), actualmente distrito de Lùyì (鹿邑) de la provincia de Henan, durante los últimos años del Período de Primaveras y Otoños, y tuvo como primer nombre Li Er (orejas de ciruelo), aunque otras versiones sostienen que él era Po Yangli, proveniente de una familia de pescadores. Algunas leyendas sostienen que la gestación de Laozi requirió 81 años (la cantidad de capítulos que tiene su obra DàodéJing) y cuando por fin nació, ya tenía el cabello blanco, arrugas en su rostro propias de un anciano y orejas bastante más grandes que las normales.
Conforme a la tradición, y a una biografía incluida en la obra de Sima Qian, Lao Tse fue contemporáneo de Confucio (Kongfuzi), aunque mayor que él, y trabajó como archivista en la Biblioteca Imperial de la corte de la Dinastía Zhou. Por intención o accidente, cuando Confucio se dirigía a leer los rollos de la biblioteca lo encontró en Zhou, cerca de la moderna Luoyang. De acuerdo con estas historias, Confucio y Laozi discutieron durante meses sobre el ritual y lo apropiado, cimientos del confucianismo. Laozi se oponía a lo que consideraba prácticas vacías, y la leyenda taoísta sostiene que estas discusiones fueron más provechosas para Confucio que para el contenido de la biblioteca.
Lao Zi renunció luego a su puesto, quizás por la decreciente autoridad de la corte Zhou. Algunos relatos sostienen que viajó hacia el oeste montando un búfalo de agua, a través del estado de Qin. Cuando llegó al paso de Shanggu, el guardián -al que una fuente llama Yinji y otra Luanyin- reconoció al ilustre filósofo. Le suplicó que se quedase un año en su casa, antes de marcharse al destierro y escribiese un libro exponiendo su doctrina. El maestro se dejó convencer, escribiendo el DàodéJing, y después marchó más al Oeste, adentrándose en el país de los Bárbaros, donde su rastro se pierde para siempre. Hasta entonces, Laozi sólo había propagado su filosofía oralmente.
Algunas de las controversias modernas sobre su vida incluyen:
La discusión con Confucio, que pudo haber sido inventada por los taoístas para hacer que su escuela filosófica apareciese como superior al confucianismo.
El autor real del DàodéJing podría haber creado un personaje ficticio para que el origen del texto pareciese más misterioso, haciéndolo entonces más fácil de popularizar.
Se ha discutido que Laozi podría ser un seudónimo de Dan, Prefecto de los Grandes Escribas (Tài Shǐ Dàn, 太史儋); o de un anciano de Lai, una prefectura del estado de Qi (齊); o alguna otra persona de existencia histórica.
Su famosa obra, el DàodéJing, ha tenido enorme influencia en China. Es un tratado místico que cubre muchas áreas de la filosofía, desde la espiritualidad individual hasta las técnicas de buen gobierno.
Laozi enfatiza el "Dao" (Tao), traducido usualmente como "el Camino", y expande su significado para abarcar el orden innombrable, inmanente, del Universo. Destaca el concepto de wei-wu-wei, "acción a través de la inacción", que no significa permanecer inmóvil sin hacer nada, sino evitar las intenciones explícitas y la voluntad que obstaculiza la fluidez armónica de la naturaleza. Los fines pueden alcanzarse respetando las formas en que las cosas naturalmente crecen y decrecen; así, las acciones realizadas de acuerdo con el Tao son más fáciles y más productivas que aquellas que pretenden contrariarlo. Laozi creía que la violencia debe ser evitada y que la victoria militar es una ocasión de duelo debido a la necesidad de usar la fuerza contra otros seres vivientes. Sostenía también que el exceso de leyes y reglas hacen más difícil el manejo de la sociedad, ya que oprimen las libertades de los pueblos.
Como muchos otros pensadores chinos antiguos, sus explicaciones usan con frecuencia paradojas, analogías, apropiación de citas antiguas, repetición, simetría, rima y ritmo. Los escritos que se le atribuyen son poéticos, densos y frecuentemente crípticos, y sirven como punto de inicio para la meditación sobre el Cosmos o sobre uno mismo. Muchas de las teorías estéticas del arte chino se basan en sus ideas y en las de su más famoso continuador, Zhuang Zi.
Las enseñanzas de Laozi, y consecuentemente las de la Filosofía Taoísta, están basadas en el análisis de la Naturaleza en su más amplio sentido, con el fin de obtener el enfoque acerca del funcionamiento natural de la existencia, para determinar cuál es el Orden Natural de las cosas. Esta visión Universalista es la que Laozi toma como punto de partida para su tesis filosófica, analizando el funcionamiento dual de la naturaleza universal existente (Yin-Yang) para luego ahondar en conceptos más amplios acerca del origen cosmológico del Universo, y así determinar el funcionamiento fluido u Orden Natural con el cual las diferentes formas han ido mutando para perpetuar la continuidad de la existencia. Basándose en esto, Laozi determina cuál es el Orden Natural que los seres vivos, y principalmente el Hombre debe llevar a cabo para mejorar su existencia y avanzar hacia el continuo cambio en pos de la superación, explicando como es que al no seguir estas normas naturales, el hombre se ha descarriado de su armonía cósmica y ha generado sus propias calamidades por contradecir el ritmo natural y lo ha sustituido por ordenanzas y actitudes absolutistas, superficiales y dogmáticas que acabaron por desequilibrar a la humanidad, favoreciendo a sus clases dominantes a costa del infortunio de las clases inferiores.
Laozi utiliza simbolismos y alegorías en donde compara aspectos de la naturaleza para mostrar paralelismos con el comportamiento humano, algo característico de la Filosofía Taoísta y de otras corrientes de pensamiento oriental.
A raíz de estas observaciones cosmológicas y naturales, Laozi desarrolla diferentes conceptos filosóficos que pretenden explicar los aspectos más trascendentes de la vida de la humanidad, abarcando así toda clase de campos de estudio, desde la cosmología y sus explicaciones acerca del origen del Universo, hasta los aspectos de la vida diaria de la sociedad humana, como la sociología, la política, la economía y la religión.