Antes de la llegada de las armas de fuego al país del centro, China, la espada (Jian) era una de las armas ligeras más poderosas. Desde el período de Primavera y Otoño (722 - 481 a. C.) hasta la dinastía Han del Oeste (206 a. C.- 8 d. C.), la espada Jian fue el arma más importante usada en las guerras. Durante las dinastías Han y Qin (221 a 206 a. C.) la espada, aunque ya no dejó de ser el arma principal en las batallas, alcanzó un nivel sin precedentes de desarrollo; el emperador, militares y oficiales de alto rango e incluso funcionarios civiles usaban regularmente espadas. Posteriormente, durante la dinastía Tang (618 - 907 d. C.), los eruditos hacían referencias a "las tres grandes artes," en las que se referían a la pintura, la poesía y la espada. Con el tiempo los artistas marciales y calígrafos llegaron también a la conclusión de que la caligrafía y la esgrima marcial tenían orígenes similares. A los ojos de un calígrafo consumado, la esgrima es una fuente de inspiración, pues se asemeja a una especie de danza caligráfica, mientras que para un maestro de artes marciales, la caligrafía equivale a la destreza de la espada reflejada sobre el papel.
También durante las dinastías Sui y Tang (581-907 d. C.), a los hombres les gustaba portar consigo la espada al salir a la calle, pues el estilo de caballería estaba de moda, incluso fueron comúnmente llevadas por los eruditos por su elegancia, además las personas hábiles en la esgrima podían ganarse el respeto de los demás. En aquellas épocas las competiciones amistosas, los duelos y los espectáculos de demostraciones de habilidad con la espada eran muy frecuentes.
En la historia, los guerreros y los héroes fueron siempre hombres honorables. En el entrenamiento era de vital importancia la conducta virtuosa, pues el practicante de espada debía expresar caballería, una voluntad indomable, un gran coraje y no utilizar el arte en contra de sus compatriotas, así como evadir las peleas innecesarias para demostrar su valentía, controlando siempre las emociones como la rabia y la lujuria, las cuales debían evitarse siempre a toda costa.
Hasta hace menos de un siglo la espada ha sido siempre un objeto muy popular en la cultura China, un elemento de decoración en los hogares utilizado como amuleto protector. En los rituales y ceremonias taoístas las espadas han sido a menudo empleadas como armas simbólicas para someter a las fuerzas y los espíritus malignos y ampliamente utilizadas para pedir y convocar a los maestros celestiales el destruir a los infiernos, salvar a los muertos y disipar los malos espíritus y fantasmas.
En tiempos antiguos, los monjes taoístas errantes viajaban con sus espadas como símbolo de cortar sus vínculos con el mundo material, cada taoísta tenía su propia espada para ser utilizada en la práctica ya fuera para defensa personal o para fines rituales. Como es bien sabido, la práctica de las artes marciales forma la personalidad con el fin de aprender a dejar de lado la ira, la impaciencia, el deseo, el egoísmo y el odio. Asimismo ocurre con la visión taoísta de la espada, la cual no es vista como una herramienta exclusivamente de lucha para matar a los enemigos, sino como un símbolo de justicia y rectitud, pues representa la disciplina utilizada para la conquista de la ignorancia, la pasión imprudente y la agresión.
El manejo de la espada, al igual que en las artes marciales, nos enseña mucho más que defendernos de un posible ataque, nos enfrenta a nuestras debilidades y empuja nuestros límites físicos y emocionales. El objetivo de la práctica de la espada en el taoísmo es llegar a manejarla manteniendo el corazón tranquilo y pacífico, mediante el control de las emociones. Se dice en el taoísmo que la espada que se utiliza de manera clara también es símbolo de una mente clara, pues el manejo de la espada debe ir siempre acompañado del espíritu (Shen).
Durante la práctica de la espada, la mano vacía siempre realiza uno de los Shou Yin (mudras) más empleados en el taoísmo, juntando los dedos índice y medio. Esta práctica con las manos es frecuentemente en las prácticas internas como amuleto de protección para el taoísta, asimismo con el tiempo ya se ha adaptado al uso regular de la espada en general, sirviendo también de compensación para equilibrar la espada desde el extremo contrario del otro brazo. Otro punto de influencia taoísta en el manejo de la espada lo podemos encontrar en sus técnicas, las cuales a diferencia de otras armas nunca sobrepasan por encima de la cabeza, pues ahí reside el punto de apertura al cielo, más conocido como Baihui (cien reuniones), ubicado en la fontanela, pues sobrepasarlo significaría cortar o interferir en la comunicación del canal de conexión con la energía celestial.
El enfoque taoísta para la correcta práctica de la espada es entrenar la esencia y transformarla en energía, entrenar la energía y transformarla en espíritu, entrenar al espíritu y alcanzar el Dao. Si la espada (Jian) y el espíritu (Shen) se fusionan en uno solo, se acercará uno más fácilmente al Dao. En las artes taoístas se recomienda especialmente la práctica de la espada al acercarnos a la luna llena, pues la luna en etapa creciente representa también el periodo de renacimiento pleno de nuevas energías. Las energías destructivas se transforman y se canalizan hacia nuevas metas.
La asociación de la espada con poderes mágicos y como símbolo de justicia no es exclusiva del taoísmo, podemos encontrar también similitudes en otras religiones como por ejemplo la religión Sikh, de la India, donde también contienen espadas sagradas como el Khanda, la espada recta que simboliza el conocimiento de Dios, o el Kirpán, que en sus orígenes era una espada ceremonial pero que actualmente es más bien una pequeña daga. Simbolizan poder y libertad de espíritu, el respeto hacia uno mismo, la lucha constante del bien y la moralidad sobre la injusticia. Muy relacionado con la idea que se tiene en el taoísmo, para los Sikh "Destruir el orgullo, el apego emocional y el sentido de la propiedad; es el camino de la espada de doble filo."
En la corriente taoísta nos encontramos también que el practicante taoísta que forma parte de una línea de transmisión o un linaje y que se ha convertido en discípulo de una secta o un templo, recibe también en su ceremonia de discípulo la entrega, por parte de su maestro, de una espada, generalmente con su nuevo nombre taoísta grabado en la hoja...
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Texto:
Alex Mieza “Zī Xiao” 咨晓
16th Generation Wudang Sanfeng Pai
Artículo completo en:
Artículo publicado en 'ElBudoka', revista de Artes Marciales: